Siguiendo con el macabro tema de ayer, uno de esos temas que solo se le pueden ocurrir a una mente retorcida y perversa: Si se hubiera producido una hemorragia en la arteria de la sien, por supuesto, hubiera escrito una última línea sobre el suelo con mi índice empapado en sangre. No se me hubiera ocurrido marcharme sin escribir algo enigmático como despedida.
Por supuesto, no hubiera caído en la vulgaridad de escribir alguna revelación sobre Viganó, Parolín o los obispos chinos, ni tampoco hubiera escrito algo que fuese una combinación de todos esos elementos. Dado que hubiera sido mi última línea, después de muchas, habría que haber optado por algo más? interesante.
Pero esa última línea, de momento, no ha sido escrita. Y, para bien o para mal, aquí estoy escribiendo otro post.
Pensáis que aquí habrá posts para siempre, pero no: algún post será el último. Eso os lo aseguro. Así que disfrutadlos.
Pero si me muero, pediré que así como la sangre de san Pantaleón se licua una vez al año, un día concreto, así yo también pueda escribir un post al año. Me gustaría ver qué dicen los programas de misterio: ?Murió hace veinte años e, increíblemente, sigue apareciendo un post cada 11 de octubre. Eso sí, sobre temas solo ligeramente menos intrascendentes que cuando estaba vivo?.
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A la mañana siguiente, encontraron mi cuerpo
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