Otro tema sobre el que no quería volver a decir ni una palabra en mucho tiempo era el pulso nacionalista contra el Estado. Pero estar hoy en España y no decir algo parece imposible. Todo el mundo no habla de otra cosa.
Las posiciones mias que he manifestado en pasados posts las he meditado tratando de no dejarme llevar de ninguna manera por mis emociones. He intentado que solo la razón primase. En un tema en el las pasiones se pueden desatar por un lado y por otro, la única que debería tener la última palabra es la razón. La moral católica es, en definitiva, el orden de la razón.
Me tomo muy en serio los argumentos de los que no piensan como yo, no pretendo ser ningún dictador de las conciencias. Daré cuenta de mis palabras si impongo mis ideas opinables sobre mis hermanos prevaliéndome de mi orden sacerdotal. En los temas morales, el sacerdote nunca será suficientemente cuidadoso, nunca suficientemente escrupuloso, en la vigilancia de sí mismo para no caer en ese mal. El director de las conciencias siempre, siempre, debe desconfiar de sí mismo.
El tema del nacionalismo, de los movimientos de secesión, no ha experimentado un desarrollo en el magisterio de la Iglesia. Digo ?desarrollo?, porque los principios generales deberían valer para llegar a las conclusiones particulares.
La teología moral conforma una unidad, una construcción lógica, férreamente basada en mismo ser de las cosas. La Iglesia siempre ha defendido la objetividad de la moralidad frente a la subjetividad de otros sistemas. La razón frente a las emociones y las pasiones.
Basado en la teología moral hay ocasiones en las que uno puede con toda tranquilidad de conciencia matar a su agresor, enviar ejércitos contra otras fuerzas armadas, ordenar que se dispare a un secuestrador o condenar durante larguísimos años de prisión a un funcionario que ha espiado para otra nación.
Las palabras "diálogo", "concesiones", "entendimiento" son palabras vacías en estas circunstancias. Ya no hay espacio para ceder más: o independencia o unión. O se cumple la Ley o no se cumple. O seguimos la Ley basada en la Razón, o cada uno sigue sus propias pasiones: ya no hay más posibilidades.
En fin, hoy, las cámaras han captado un diálogo que lo define todo de un modo sumario:https://www.youtube.com/watch?v=FHD2-IAWM7Q
Sí, es un hecho que la república catalana no existe.
Es un hecho que el Estado español existe.
↧
Este conjunto se titula: Ley, Prosperidad y Poder.
↧