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Channel: Blog del Padre Fortea
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Otra foto de Annie Leibovitz

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He leído con atención vuestros comentarios al post de ayer. Me alegra que estéis de acuerdo con lo dije. (Siempre me gusta que la gente esté de acuerdo conmigo.) En apoyo de lo que escribí ayer podéis ver los vídeos del Patriarcado de Moscú o los de la diócesis ortodoxa de Estados Unidos (ROCO). Incluso el cardenal Burke (siempre tan progresista) tiene varias filmaciones de misas suyas que están muy magníficamente hechas, por ejemplo, la de la abadía de Overcreek (otro nido de progresistas y amorisletitiacienses).
No, no es que lo que dije ayer se puede hacer solo para el cine. Además, solo hay que ver cómo está organizado el canal del Patriarcado de Moscú y el del Vaticano. Pero no todo está perdido: por fin, por fin, se han decidido a poner fotos individualizadas en el icono de cada vídeo de Youtube. Durante años, hasta hace bien poco, han estado poniendo solo una foto fija de la Plaza de san Pedro. Han necesitado años para darse cuenta de algo que lo sabía hasta el último youtuber de un pueblo de Alabama.
Alguno en un despacho de Roma dirá que no sé de lo que hablo. Pero solo hay que comprobar una cosa: hay muchísimos vídeos del canal oficial del Vaticano que tienen bastantes menos visitas que mis sermones.
Bueno, con este post ya me conformaría algo pequeño y concreto. Por ejemplo, con que quitasen el espantoso logo de la televisión vaticana de todos los vídeos. Es feo, pero, al menos, es grande.
Desde este pequeño y humilde punto de [lo que fue] la Cristiandad, me atrevo a sugerir que echen un vistazo a la sobriedad y elegancia de los pequeños logos de la BBC o de la CNN. Claro que el Centro Televisivo Vaticano (horrible name) está por encima de los diseños mundanos.
Pero tranquilos, mis críticas al Vaticano no van más allá de sugerir cambios en el logo de su televisión o en su canal de Youtube o que quiten las horribles pantallas de plasma de su sala prensa. A ver si os pensáis que soy otro Lutero, habiéndome convertido en la centésima víctima de la conmemoración del centenario del que se consideró a sí mismo carro y auriga de Israel. No, no. No voy más allá de estas pequeñas cosas como la iluminación de las cámaras; el dogma no lo toco. 

Ni al dogma ni a los monseñores. Pues como decía nuestro antiguo profesor de religión en EGB a nuestros diez y once añitos: No hay confundir la libertad con el libertinaje. Eso sí, nunca nos explicó en qué consistía el libertinaje. 
Al menos eso, explica en detalle el libertinaje y la corrupción, hubiera atraído nuestra atención en unas clases que eran soporíferas en grado máximo. Aquel benemérito escolapio tenía la capacidad de adormecer a un rebaño entero de ovejas si lo hubiera intentado. Si mi fe hubiera dependido solo de sus interminables clases, ahora creería en Zeus y Afrodita.


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